El 31 de diciembre de 2019 se reportó el primer caso sospechoso de Coronavirus en China, enfermedad que con el correr de los días llevaría a la crisis sanitaria mundial más grande de los últimos 100 años; que ha desafiado a toda la estructura global a nivel sanitario, económico y social. Aquí una radiografía a los principales hitos logísticos, originados por la pandemia.
Según diversos análisis, 2020 se visualizaba como un año complejo. Sería el año en el que se conocerían y experimentarían cabalmente los efectos de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, enfrentamiento que ya mostraba signos de remisión y cuyos intentos de negociación mantenían en vilo a muchos países.
A la expectación ante el fin “la pelea de gigantes”, se sumaba la inestabilidad social en diversas naciones, sobre todo en la región Latinoamericana, que durante 2019 experimentó una seguidilla de “estallidos sociales” que repercutieron negativamente en las economías locales. Ambos factores hacían presagiar un periodo de contracción económica, había quienes incluso presagiaban la recesión de ciertas economías.
Desde la academia a la industria, 2020 se preveía como el año de disrupción tecnológica. El auge de la implementación y uso de tecnologías para la digitalización, tales como: la Inteligencia Artificial, la robótica, la realidad aumentada, implicaba para muchos mercados e industrias el próximo paso.
No obstante, el convulsionado 2019 no se iría sin dejar una huella más. Fue justamente el 31 de Diciembre de ese año, se detectó por primera vez -en la ciudad china de Wuhan (provincia de Hubei) el primer caso de una extraña patología, la que con el correr de los días vendría a poner de rodillas a todo el ecosistema mundial.
EFECTO DOMINÓ
Ya en las primera de enero, China daba a conocer los primeros casos positivos de lo que tempranamente se denominó Coronavirus 2019, una enfermedad infecciosa causada por una nueva cepa del virus SARS-CoV-2. Mientras el país asiático emprendía un frenético análisis de la situación sanitaria interna; los primeros indicios de una crisis mundial se hicieron presentes. El factor salud empezaba a poner en jaque a la primera potencia mundial y a raíz de la globalización el virus se comenzaba a esparcir en el plano económico.
Con el correr de los días la situación se fue tornado más compleja, tras decretar cuarentena en Wuhan, China empezó a extremar medidas en sus principales metrópolis. A mediados de Enero, el hoy denominado COVID-19 empezaba a impactar al engranaje productivo Chino. El progresivo cierre de fábricas e industrias, puertos y aeropuertos despertó la alerta en los mercados mundiales. La ‘fabrica del mundo’ entraba en aislamiento.
Mientras China cerraba fronteras, las cadenas de suministros y abastecimiento a nivel mundial veían afectadas su performance operacional. El principal proveedor y consumidor de diversos mercados se declaraba en cuarentena y ante la amenaza de contagio otros países asiáticos entraron en la misma dinámica.
Por cierto, el temor a un contagio fuera de las fronteras niponas era latente, lo que nadie esperó es que fuera tan rápido. El 25 de enero, Francia anunciaba que el virus estaba en su territorio. Un turista Chino infectado con el COVID-19 era atendido en la ciudad luz. 20 días después se reportaba el fallecimiento del individuo.
Lo demás es historia. Gradualmente Europa, Estados Unidos fueron registrando los primeros contagios de COVID-19. La enfermedad se expandía a niveles nunca antes vistos en Italia y España, con lo cual la Organización Mundial de la Salud la declaró pandemia mundial, a mediados de marzo. Mientras tanto, diversos países latinoamericanos comenzaban a reportar casos de COVID -19 en sus territorios.
El paisaje de antaño cambió drásticamente. En Estados Unidos, Nueva York –la ciudad que nunca duerme- por primera vez, ha debido guardar un obligado descanso. Las paradisiacas playas de Rio de Janeiro en Brasil están cada vez más desiertas. Perú y Argentina han declarado cuarentenas totales y ni la imponente cordillera de Los Andes o el desierto más árido del mundo sirvieron de frontera inexpugnable para evitar que Chile sucumbiera a la pandemia mundial.
EL EFECTO EN LOS MERCADOS Y LA SUPPLY CHAIN
Dada la vertiginosa propagación del virus; en la actualidad, importantes países de Europa, América y Asia han aplicado medidas sanitarias que restringen el habitual desplazamiento de individuos, medidas de aislamiento social que han tenido un gran impacto a nivel social, productivo y de consumo; impactando a nivel comercial y logístico a diversas industrias. Los diversos actores de la Supply Chain a nivel global y local (sobre todo aquellos que tienen acción en el abastecimiento de productos y servicios sanitarios y de primera necesidad) enfrentan hoy un desafío sin precedentes: seguir operando en forma eficiente y asegurar el abastecimiento de la población a pesar de las diversas restricciones y factores disruptivos; repensando sus protocolos y sistemas operativos, integrando tecnologías, adaptándose a la nueva realidad.
La supply chain está en el ojo del huracán, y su performance cobra protagonismo en todos los foros mundiales. Todos los ojos están puestos en la actividad logística, desarrollada en total anonimato por miles de empresas y colaboradores a nivel global; ya sea en plantas productivas, empaquetadoras, Centros de Distribuciones, salas de ventas, en las carreteras, puertos y aeropuertos de todo el mundo.
LOS HITOS DEL COVID -19 EN LA SUPPLY CHAIN
En términos operacionales, la declaración de pandemia sanitaria por el Covid-19 ha implicado a nivel mundial y local diversos efectos, imposible de exponer en este artículo debido a que los eventos cambian y mutan con extrema rapidez. De ahí que en nuestro relato abarcaremos hitos puntuales y efectos reconocidos que probablemente tomarán nuevas dimensiones en el futuro cercano.
En esta lógica, corresponde volver a Asia, específicamente a China potencia productiva sin parangón mundial en diversos rubros, entre los que se cuentan: la industria del consumo masivo, textil y tecnología. Al mismo tiempo, debido a sus dimensiones demográficas, el gigante asiático es a su vez un atractivo mercado de consumo.
El indiscutible posicionamiento chino en la economía mundial, llevó a que sus acciones sanitarias repercutieran profundamente en economías consolidadas y emergentes, como la chilena. La dependencia de distintos mercados en torno a la milenaria nación se desnudó por completo. Si miramos a la industria del vestuario, por ejemplo, es sabido que China es, hoy por hoy, el mayor productor textil del mundo. Los principales retailers del mundo producen o compran al gigante asiático, y en muchos casos, el más del 90% del stock textil de una compañía proviene de ese país.
Así, una de las primeras reflexiones iniciada la situación fue la necesidad de diversificar a los proveedores de sus cadenas de suministro. Muchas compañías aceleraron esta decisión y se encuentran hoy reestructurando sus procesos de abastecimiento, para evitar dicha dependencia. No obstante, muchas de estas iniciativas han sido reactivas y no anteriores a la crisis.
A este respecto, Eduardo Tagle, gerente general de Gidding Berries Chile, manifestó que “a pesar de la apertura comercial chilena, “aún hay industria mono mercados, muy poco diversificada”. En momentos como los que se viven es -a juicio de Tagle- clave “multidiversificarse, ya que eso nos permite enfrentar mejor los problemas en determinados mercados”.
El ejecutivo reconoció que los coletazos de la crisis sanitaria se percibirán en diferentes industrias, afectadas, por ejemplo, con la disminución de la demanda, alzas de demandas, escases de inventario, disminución de actividad portuaria (menos contenedores, por ejemplo), entre otros factores.
En un efecto dominó, la propagación del virus hizo que Corea del Sur y Japón, otros importantes socios comerciales a nivel mundial, detuvieran su actividad económica y productiva. Ya iniciado el mes de febrero la situación era clara: los efectos en Supply Chain eran innegables.
El cierre de más de 2 mil tiendas en China de Starbucks, la reducción o detención de los vuelos hacia y desde al país asiático, anuncios de falta de suministro de los fabricantes de automóviles como Hyundai fueron algunos de las noticias que se fueron conociendo “en la interna”. Apple también se convirtió en testigo de que el abastecimiento único puede verse bien en el balance, pero a la luz de los hechos, tendría efectos dramáticos.
Si bien, una emergencia de esta magnitud era imposible de presagiar y, por tanto, también resultaba difícil contar con un plan de contingencia para contrarrestar sus efectos, algunos analistas daban luces de que la dependencia hacia un mercado en particular era un arma de doble filo, entre ellos el prestigioso académico del Massachussetss Institute of Technology (MIT), Yossi Sheffi. Según el experto, los indicios no eran pocos, de hecho, el desastre nuclear de Fukushima, Japón, en 2011, fue para muchos la antesala para desarrollar nuevas estrategias de abastecimiento. En ese entonces, muchas compañías que dependían del mercado japonés en esta materia tomaron acción, aprendieron la lección. No obstante, muchos no tuvieron a la vista esta experiencia y siguieron dependiendo de un solo mercado como proveedor, en este caso el chino.
A nivel nacional, Salomin Zlochisty, gerente de Comex Latan y Javier Colomer, Director Logística LA South de Miniso reconocieron que no se tenía contemplada una situación tan crítica y complicada. Durante las primeras semanas “cada día que pasaba, la crisis era aún más fuerte, ocasionando problemas aún más serios, como es el cierre de fábricas por tiempos prolongados, Blank Sailings en varios puertos y una economía completamente detenida, generando crisis a nivel mundial”, afirmó Colomer.
Para Zlochisty los efectos operacionales y logísticos que generó la alerta sanitaria por el Covid-19 en China generó “retraso de transporte terrestres, no había operadores en todos lados, salidas semanales de buques canceladas, inspecciones al azar, retrasos en rutas, blank sailings, operaciones de puerto a menor escala, falta de espacios en buques, fábricas operando a menos del 50%, oficinas logísticas operando con menos de la mitad de la gente. Prácticamente todo reducido, impactando directa o indirecta a todos los sectores económicos”.
En este plano, Colomer enfatizó en que “difícilmente se pueden considerar situaciones como la vivida en un plan de contingencia. Son factores externos que ninguna empresa toma en cuenta, ya que los costos se elevarían demasiado si esta crisis es agregada al proceso logístico”. Sin embargo, claro parece estar que el stock y el correcto manejo de inventario puede ser la primera clave para mitigar los riesgos ante un evento crítico como el que hoy se vive.
MEDIDAS ANTE LA CRISIS
Restricciones operativas y escasez de contenedores para el transporte marítimo; y disminución en la oferta de vuelos para el transporte de mercaderías son dos de los efectos más fuertes en cuanto al transporte de carga internacional. Punto aparte, merece las consecuencias de la crisis en cuanto a disponibilidad de inventario de algunas industrias y disminución de la actividad económica, impulsadas por la disminución del consumo.
Siempre en torno a los efectos y medidas, según el estudio “Supply Chain Management Corona and Logistics – why you must act now!” elaborado por Miebach los efectos del brote de coronavirus se pueden ver en los “retrasos en los envíos y plazos de entrada más largos, envíos cancelados de bienes que provienen de áreas muy impactadas, documentación adicional para respaldar la seguridad de sus productos para ciertos destinos de exportación, aumento de la demanda de ciertos bienes provocada por compra de pánico”.
En este punto, por ejemplo, la decisión de algunas aerolíneas que operen en Chile y el mundo de suspender los vuelos a las zonas más afectadas por el coronavirus ha golpeado a la actividad de Comercio Exterior por vía aérea en un 70%. Una alternativa para mitigar estos efectos es el uso de courier cargueros. En Latam, por ejemplo, están disponibilizando aviones cargueros a sus clientes para suplantar la menor oferta que existe por la suspensión de los vuelos comerciales.
El sector naviero, en tanto, también vive una compleja situación a nivel mundial y nacional. Una de las consecuencias que se comenzaron a evidenciar en Chile, por ejemplo, fue la tardanza en la salida de contenedores de los puertos por la demora en la tramitación documental, dada la disminución de personal, lo que extiende los plazos óptimos de la cadena logística. ¿Cómo se ha enfrentado esta contingencia a nivel local? En este plano la Dirección Nacional de Aduanas ha tomado acción digitalizando algunos procesos y trámites para facilitar el comercio exterior.
Con mayor o menor eficiencia, lo cierto es que la industria logística en general ha asumido los efectos y ha rediseñado sus operaciones con la finalidad de asegurar su funcionamiento y sobre todo resguardar a sus colaboradores. En esta línea, cabe destacar que, sólo en Chile, entre las medidas asumidas por empresas multinacionales y de capitales locales se cuentan: la disminución del número de colaboradores en el CD, la implementación de la modalidad de trabajo “home office” del personal administrativo y aumento de las medidas de sanitización de sus instalaciones operativas (bodegas, tiendas, Centros de Distribución, etc.)
En el ámbito nacional, desde el punto de vista comercial, los efectos generados durante las primeras semanas del brote y ante las primeras medidas asumidas por la autoridad como el llamado al aislamiento social, cuarentena voluntaria y el cierre de comercios y centros comerciales son importantes. La fortaleza y capacidad de respuesta, por ejemplo, de la industria supermercadista y farmacéutica ha pasado la prueba.
Por cierto, el cierre de centros comerciales hace presagiar grandes efectos en los ingresos de las compañías, disminución de su actividad operacional, entre otros. Ante este escenario, el canal e-Commerce asoma como una luz de esperanza. Pero aquí es fundamental considerar que tan desarrollado está el músculo del canal online en el retail nacional. Quienes saldrán fortalecidos ante esta situación, sin duda, serán aquellos que ven al comercio electrónico como un pilar estratégico de su compañía.
LA GRAN PRUEBA DEL E-COMMERCE
Mientras en Chile la crisis sanitaria recién comienza, con un futuro incierto y con claros efectos en la economía nacional, los medios extranjeros hablan ya de un repunte del comercio electrónico en China, tras meses de trastornos logísticos.
No se puede negar, que el e-Commerce -músculo fuertemente desarrollado en China- tuvo sus complejidades por el aumento de la demanda en tiempos de cuarentena por la pandemia y en la distribución, debido a cierre de carreteras y ferrocarriles. Sin embargo, el brazo logístico de Alibaba, Cainiao, que puede llegar a gestionar más de mil millones de paquetes al día, anunció que ya (segunda mitad de marzo) estaba operando a plena capacidad.
No obstante, uno de los aspectos a considerar en el análisis sobre los efectos del Covid-19 en el mundo online es la disminución de actividad en aquellos productos de consumo (que no son primera necesidad), considerando el ajuste que los consumidores realizan de sus presupuestos personales ante la incertidumbre.
Por su parte en Estados Unidos, Jeff Bezos, uno de los hombres más rico del mundo y fundador del gigante online Amazon, publicó una carta dirigida a sus colaborares en la cual ahonda sobre la situación actual y los efectos económicos que esta pandemia podría generar. En sus palabras podemos deducir las consecuencias y el actuar de la operación online en estos tiempos de crisis.
El multimillonario aseguró que “en todo el mundo, las personas están sintiendo los efectos económicos de esta crisis, y lamento decirle que predigo que las cosas empeorarán antes de mejorar”.
“Estamos contratando nuevos puestos y aumentando los salarios para nuestros trabajadores que están cumpliendo pedidos y entregando a los clientes durante este periodo de estrés y agitación. Al mismo tiempo, otros negocios como restaurantes y bares se ven obligados a cerrar sus puertas. Esperamos que las personas que ha sido despedidas vengan a trabajar con nosotros hasta que puedan volver a los trabajos que tenían”, afirmó, demostrando así el rol que el e-Commerce tiene durante esta crisis, donde la continuidad operacional es fundamental.
Finalmente, en la misiva, Bezos agradeció a sus colaboradores quienes han permitido que la operación de Amazon permanezca. Según manifestó el CEO de Amazon “la compañía ha cambiado procesos de logística, transporte, cadenas de suministros, compras y ventas a terceros para priorizar el almacenamiento y la entrega de artículos esenciales como productos básicos del hogar, desinfectantes, alimento para bebés y suministros médicos. Brindamos un servicio vital a las personas en todas partes, especialmente a aquellos, como los ancianos, que son más vulnerables. La gente depende de nosotros”, aseguró.
Por otra parte, las compras de víveres en los supermercados a través del canal online y, en especial, el delivery también han cobrado fuerza a nivel global. En este último caso, el gerente general de Rappi Chile, Isaac Cañas, señaló a un medio de prensa nacional que han tenido “un aumento de tres veces la demanda normal, sobre todo en las categorías restaurantes, farmacias y supermercados” con un incremento promedio en la categoría supermercado en la región del 70%. Al respecto, el ejecutivo de la última milla señala que para cumplir las órdenes en el menor tiempo posible están instaurando campañas internas para lograr la mayor activación de los repartidores.
Ante un incremento de las operaciones online, gran parte de las empresas están robusteciendo la cadena logística para facilitar el despacho de los productos. No cabe duda de que hoy, los actores del delivery tienen una relevancia especial, adquiriendo un rol social.
Por otra parte, “despacho gratis por compras superiores a $29.990” han sido algunos de los llamados de las multitiendas, como forma de incentivar la compra en su canal online. Encuestas y análisis han mostrado que uno de los puntos de mayor sensibilidad para los consumidores online es el costo del despacho; transformándose en ocasiones en un factor decidor al momento de la compra. Así, la anunciada medida no hace más que potenciar el canal virtual e intentar hacer frente a los efectos comerciales que el cierre de tiendas y centros comerciales tendrá en el balance final, al término de la crisis.
Con todo, estas y otras acciones tomadas para mitigar los impactos en las cadenas de suministro generarán experiencia. El reto es la resiliencia para enfrentar futuras crisis. Hoy las empresas se han visto enfrentadas a distintos escenarios: proteger la salud de sus colaboradores, mantener la operativa en lo posible, el temor a los efectos comerciales y económicos; pero, sobre todo se han enfrentado a la incertidumbre.
Está claro que nada será igual al terminar esta crisis sanitaria mundial. Para analizar los efectos que esta situación dejará a nivel económico, operacional, productivo, de salud y social tendremos las próximas ediciones de Logistec, porque hoy las energías de la industria logística mundial están puestas en enfrentan los desafíos generados por la propagación del virus.