Una de las principales exigencias de los y las consumidores hoy en día, apunta a la velocidad en la entrega de los productos. Es por eso que las tiendas con ventas online están centrando sus esfuerzos en reforzar dicho ítem.
Esto, a su vez, ha permitido que surjan apps que responden a esta necesidad moderna, solucionando lo que se conoce como última milla o last mile, un concepto que se utiliza en la industria de las telecomunicaciones, que se refiere a la logística de envío y distribución.
La directora de Smartlab UDD e investigadora del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Gobierno, Nicole Forttes, explica que este fenómeno responde a un cambio en el comportamiento de consumo de las personas gracias a internet, cuyo foco es la inmediatez.
“Si quieres algo, lo quieres al tiro, pero el gran drama que esto trae al comercio es cómo romper la última milla”, dice.
El panorama en Chile
En el caso de Chile el comercio en línea funciona hace más de una década, pero la gestión de procesos de entrega es un fenómeno más bien nuevo.
Forttes identifica la llegada de Cornershop al mercado chileno como un hito clave, pues según su apreciación “pudo solucionar algo que el comercio tradicional no se había atrevido, o no había querido que es resolver”.
De este modo, de acuerdo a Forttes, las empresas locales han comenzado a tomar consciencia de la importancia de este tema y las plataformas de envío se han vuelto más masivas, pues han comprendido que “romper la última milla permite generar más ventas”.
Según Marcos Singer, director del MBA UC, el mercado chileno se adapta de manera heterogénea. “Algunas empresas han tomado la iniciativa, otras mantienen el modelo ‘antiguo’ sin adaptarlo”, dice.
El especialista en gestión operacional, en la misma línea que Forttes, asegura que estamos ante un cambio cultural. “Antes ir de compra era un paseo, pero está evolucionando y, para un segmento relevante de consumidores, la mejor oferta de valor es el e-commerce con despacho a domicilio”, plantea.
Sin embargo, el despacho a domicilio exige cambios en gran parte del proceso de ventas, la distribución, logística de reversa y cobranza, entre otros. “El desafío es grande, transformar tantas cosas a la vez es muy difícil, más aún cuando se preservar la modalidad “antigua” (presencial), sigue siendo relevante”, dice Singer.
Adaptarse a los cambios
En el caso de las pymes, Forttes considera que deberían tomar riesgos. “Para meterse en este carro de la transformación digital, deben cambiar su mentalidad, además de asociarse a otras compañías porque así entregan un valor agregado al cliente”, dice.
Fortte enfatiza en que este contexto es una oportunidad para las pequeñas empresas porque “la tienda física al año crece en un 0% y el comercio digital en un 30% a 40%, según el Ministerio de Economía”.
En relación a esto, el director del MBA UC, considera que los emprendimientos podrían beneficiarse, pero antes deben resolver asuntos como la calidad del servicio, la cobertura y otros.
“Podrían aparecer otras modalidades de interacción entre las pymes y los servicios de última milla, pero tendrían que resolver muchos desafíos”, dice Singer.
Fuente: https://pyme.emol.com/15236/ultima-milla-adaptacion-empresas-chilenas/